Autora: Sandra Ochoa Durán, Profesora de Psicología en la Universidad de Ciencias Médicas Santiago de Cuba
Cuando un hijo/a llega a nuestra vida no trae consigo un manual de cómo educarlos, nos toca como padres buscar el camino oportuno para lograr darle a ese nuevo ser la mejor crianza a partir de nuestras posibilidades culturales, afectivas, económicas y familiares.
Muchos nos preguntamos cómo dar la mejor educación a nuestros hijos, siguiendo patrones tradicionales o formas novedosas de enseñarles comportamientos saludables y de disciplina que no sean basadas en el castigo físico ni emocional. Es una tarea difícil si tenemos en cuenta que cada niño, niña y familia es diferente y tiene estilos de educación diversos. Si se suma a ello que existe algún trastorno o enfermedad mental en el seno familiar, se complejiza la situación. Por ello tenemos como objetivo brindar pautas de disciplina positiva y comunicación efectiva para que las familias puedan seguir en esta ardua tarea.
«No creo que en este mundo en que vivimos haya una escasez de cariño, no busquemos las respuestas en los razonamientos, sino en el corazón de un niño«
Hermann Gmeiner, fundador Aldeas Infantiles SOS
La crianza de los hijos es un viaje lleno de alegrías y desafíos. En este camino, la disciplina juega un papel fundamental para guiar a los niños hacia un desarrollo sano y feliz. Sin embargo, la disciplina tradicional, basada en el castigo y la obediencia ciega, ha demostrado ser ineficaz y tener efectos negativos en la autoestima y el desarrollo emocional de los niños.
La disciplina positiva surge como una alternativa que busca fomentar la responsabilidad, la autonomía y el respeto mutuo. Se basa en la comunicación efectiva, el afecto y la comprensión de las necesidades de los niños.
Hay cinco principios que caracterizan la disciplina positiva, estos son: respeto mutuo, aprender de los errores, enfocarse en las consecuencias y no en el castigo, comunicación efectiva y alentar.
Te proponemos algunas técnicas para poner en práctica en el seno de la familia la disciplina positiva.
10 técnicas de disciplina positiva:
1. Elogia lo que te gusta: Enfócate en resaltar las conductas positivas de tus hijos. Un simple «me gusta cómo ordenaste tus juguetes» puede marcar la diferencia.
Ejemplo: Cuando tu hijo de 4 años guarde sus juguetes después de jugar, elógialo con entusiasmo: «¡Me encanta cómo has ordenado tus juguetes! ¡Eres muy responsable!».
2. Establece rutinas y normas claras: Los niños necesitan saber qué se espera de ellos para sentirse seguros. Define reglas comprensibles y consistentes.
Ejemplo: Crea una rutina para la hora de dormir que incluya preparar la cama, leer un cuento y apagar la luz a una hora determinada.
3. Ofrece opciones: Permite a tus hijos tomar decisiones dentro de límites razonables. Esto les ayuda a desarrollar su autonomía y responsabilidad.
Ejemplo: Pregúntale a tu hijo de 6 años qué quiere ponerse para ir al parque: «¿Prefieres el pantalón azul o el verde?».
4. Utiliza el tiempo fuera como herramienta de reflexión: En lugar de castigar, utiliza el tiempo fuera como una oportunidad para que el niño se calme y reflexione sobre su comportamiento.
Ejemplo: Si tu hijo de 8 años pega a su hermano, llévalo a un lugar tranquilo y explícale por qué su comportamiento no es adecuado. Ayúdalo a calmarse y luego conversen sobre cómo solucionar el problema.
5. Sé un modelo a seguir: Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que escuchan. Sé un ejemplo de las conductas que deseas fomentar en ellos.
Ejemplo: Si quieres que tus hijos sean amables, sé amable con ellos y con las demás personas.
6. Escucha con atención: Presta atención a lo que tus hijos te dicen, tanto con palabras como con sus emociones. Valida sus sentimientos y ayúdales a expresarlos de forma saludable.
Ejemplo: Si tu hija de 10 años está triste porque no la invitaron a una fiesta, escúchale con atención y valida su tristeza. Ayúdala a encontrar formas de expresarse y a buscar soluciones.
7. Utiliza el humor: El humor puede ser una herramienta poderosa para disipar la tensión y conectar con los niños.
Ejemplo: Si tu hijo de 5 años se niega a comer su verdura, puedes usar el humor para hacerlo más divertido: «¿Te imaginas que las espinacas te dan poderes como a Popeye?».
8. Fomenta la resolución de conflictos: Enséñales a tus hijos a resolver sus problemas de forma pacífica y dialogante. Ayúdales a encontrar soluciones creativas que satisfagan a todas las partes.
Ejemplo: Si tus hijos de 3 y 5 años se pelean por un juguete, ayúdales a turnarse para jugar o a encontrar otro juguete con el que puedan jugar juntos.
9. Celebra los logros: Reconoce y celebra los logros de tus hijos, grandes o pequeños. Esto les ayuda a desarrollar su autoestima y confianza en sí mismos.
Ejemplo: Cuando tu hijo de 7 años obtenga una buena calificación en un examen, celebra su logro con él.
10. Disfruta del tiempo en familia: La mejor manera de enseñar a tus hijos es pasar tiempo de calidad con ellos. Dedica tiempo a jugar, hablar y compartir momentos especiales juntos.
Ejemplo: Planifica actividades en familia como ir al parque, jugar juegos de mesa o leer juntos.
La disciplina positiva no es una fórmula mágica, pero es un camino que te ayudará a construir una relación más fuerte y respetuosa con tus hijos, y a la vez fomentar un desarrollo emocional saludable.
Recuerda: La crianza es un proceso continuo de aprendizaje. No tengas miedo de experimentar y adaptar las técnicas a las necesidades de tu familia. Lo más importante es que te mantengas firme, paciente y amoroso en tu camino hacia una crianza positiva.
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